CRONICAS URBANAS!
Linda: ¿Quién fue la Linda de Daniel?
¿Quién se atrevería a llamarla “Linda” después de escuchar a la protagonista de esta historia decir que si él está Daniel en el cielo, al morir ella prefiere quemarse eternamente en el fuego del infierno?
Para los que se preguntan quién fue Linda, y si en verdad existió, ésta es la historia: "Se vivían los finales de la década de 1930. Linda contaba con sólo 14 años y Daniel le llevaba 10 de diferencia. Existía un estudio de fotografía en la 5ta Avenida entre las calles 111 y 112. Allí se reunía con Daniel Santos, ella era la estrella número uno del momento, junto con Bobby Capó, Mirta Silva, Johnny Rodríguez y otros artistas. Linda iba por allí en bicicleta y Daniel empezó a enamorarla. También se veían en una barra que había en el 105 de la calle 102, donde Daniel se metía allí a darse el trago".
“Como al año siete meses me llevó a un hotelito en la 51 y Broadway contaría Linda, el Albin Hotel, donde vivían muchos artistas. Me llevó ahí con engaños; yo era una nena y como estaba enamorada... y a la semana me dejó botada y sin comer y sin nada, entonces volví con mi mamá”.
La historia de Linda de Daniel Santos está escrita en masculino, Linda se encarga de poner en perspectiva ese mito.
Hay cosas de esa relación de las que ella prefiere no hablar. Y resumió las enseñanzas de Daniel con una escueta generalización: “Me enseñó toda su maldad... Él de lo bueno no sabía nada”.
A pesar de su autoimpuesto silencio, una cicatriz larga y ancha en el centro del pecho habla por ella. Se la dejó una prostituta a la que Daniel quiso poner celosa en un cabaret de Chicago. Otros recuerdos también hablan en su defecto.
“En Venezuela, en 1957, una vez que me fue a ver, yo en escena, empezó a pelear conmigo y me gritó puta. Y se me fue para encima y yo le tiré una silla en los pies y él se cayó, y se levantó y yo le seguía tirando sillas en los pies y él se volvía a caer.... hasta que nos botaron de ahí a los dos.
“Y en Lima, yo estaba haciendo un número de fuego y él estaba peleando conmigo y se quemó la cortina del teatro”.
Una noche nos estábamos presentando los dos en un club y él quería que yo me fuera para seguir con sus mujeres. Entonces me tiró un pastel en la cara y se fue para el hotel. Cuando yo llegué, me había roto toda mi ropa. Al cabo rato estoy durmiendo y oigo una voz que decía: ‘Puuutaaa, puuutaaa, hija ’e la gran puta... te voy a matar’. Esa historia me da pena porque después vino con un paquetito de billetes y me dijo: ‘Mira mami, lo que traigo. Toma para que te compres ropa’ ”. Para, a renglón seguido, hacerle promesas imposibles. “Me dijo: ‘No te apures, que me voy a portar bien; yo no te hago esto más’.
“Ese hombre como que me dominaba. Pero no quería que yo bailara y formábamos esas guerras... pero yo seguía bailando.
“Regresamos a Nueva York y cogimos un cuartito en la 70 y Broadway. Allí estuvimos como tres meses. Pero empezó otra vez con las mismas. Entonces Max Pérez me consiguió un trabajo en Normandía, en Francia, bailando para las tropas. Bailé allí como tres días, pero me gustó París y me quedé un año. Allí trabajé bailando rumba, que estaba de moda, y afro.
“Entonces, cuando regresé de Francia en el 60, un amigo mío homosexual me llamó para decirme que Daniel grabó una canción bella, que se llama Linda.
La grabación que desataría lloriqueos a través de toda América entre millones de hombres a quienes se les ha ido un amor, se hizo en una casa disquera pequeña en la avenida Lexington, entre la 115 y 116.
Esa canción se la compuso Pedro Flores a una mujer dominicana que él tuvo aquí en Nueva York que se llamaba Linda. El gran compositor boricua ponía todas sus canciones en un libro musical y Daniel las hojeaba para ver cuáles iba a grabar. Linda nunca le interesó a nadie. Dejemos que sea la protagonista de esta historia quien termine el relato.
“Una vez estábamos en el parque y él me dijo: ‘Mira mami, hay una canción que se llama Linda y te la voy a cantar a ti’. Después, cuando yo estaba en Francia, dondequiera que él se presentaba le preguntaban: ‘Daniel, ¿y Linda?’. Y él contestaba: ‘Yo no sé. Se fue’, y así fue que empezó la canción cuando la grabó”.
¿Saben por qué Linda nunca le dio méritos a esa canción?
“Hay una parte que dice: ‘Sabrá Dios cuántos le estarán pintando ahora, pajaritos en el aire’. Me estaba poniendo como estúpida, como si cualquiera me podía levantar con un cuentito”.
Pero lo que más indigna a Linda es un artículo en el periódico El Nuevo Día de Puerto Rico, donde Daniel dijo que ella había puteao desde California hasta Chicago.
“Daniel Santos se enamoró mucho de mí porque yo le daba la guerra. Eso a él le gustaba. Yo no supe eso (el gozo obtenido del dolor) hasta después. Daniel (también) era un sádico, y yo era una nena atrevida; por eso fue que se enamoró de mí”.
Hace unos 20 años, él se estaba presentando en un teatro latino en Broadway y ella fue a verlo. “Después me llevó a una barra de ésas que había que tenerle miedo. A él le gustaban esos bayús. Yo no quería, pero fuimos y allí todo el mundo saludándolo —la gente era loca con él, y empezó a beber, y yo le dije ‘me voy a tomar éste, pero no quiero más, vámonos’, pero se quiso quedar y yo le dije ‘espérame, que voy a la tienda, vengo ahora’ y todavía me está esperando”.
La espera del “Inquieto Anacobero” por Linda terminó hace unos años con su muerte.
“Cuando me dijeron: ‘Linda, ¿tú sabes quién se murió? ¡Daniel!’, yo dije: ‘Pues que se joda’ ”. Pero empezó a sentirse enferma y la llevaron al hospital, donde despertó una semana más tarde.
“Mucha gente dice que era Daniel que me quería llevar, pero qué va, yo no creo en eso. Pero me trabaja... Mira, ahora mismo no me siento bien. ¿Quieres que te diga una cosa? Si me van a dar la gloria junto con Daniel, yo me voy al infierno”.
Para luego contradecirse cuando le preguntamos que si lo quiso.
“Parece que lo quise siempre. Todavía yo lo insulto, muerto como está, pero después me acuerdo de ciertas cosas y me da sentimiento. Pero no sé si lo quise. Sí... yo creo que lo quise. Yo creo que él fue el hombre de mi vida... y yo sé que yo fui su mujer”.
…esa fue la Linda de Daniel...
#MasSalsaquePescao!
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